El humor vítreo es un gel transparente que rellena la cavidad interna del ojo. Este gel tiene una envoltura que se llama hialoides. En un momento dado, la hialoides se separa de la pared de la retina; es el llamado desprendimiento de vítreo. Esto no es una enfermedad y no suele quitar visión.

Los factores de riesgo son la edad (habitualmente la separación se produce entre los 55 y los 80 años), la miopía muy elevada, los traumatismos oculares y los procesos inflamatorios.

En la mayoría de los casos, la separación del vítreo es un proceso fisiológico y benigno. Lo normal es que transcurra sin incidencias, por lo tanto no requiere ningún tipo de tratamiento salvo la evaluación periódica por parte de un oftalmólogo especialista en retina del proceso de separación.

Excepcionalmente, la adherencia de la hialoides a la retina en algún punto es tan intensa que en el proceso de separación del vítreo se desgarra la retina. Se produce entonces un desgarro retiniano que, si no se diagnostica a tiempo, puede provocar un desprendimiento de retina. En otras ocasiones, al separarse la hialoides se rompen pequeños vasos sanguíneos provocándose una hemorragia en el vítreo.

Esto no es contagioso, y por tanto, no pasa de un ojo a otro; pero sí todos los ojos con los años lo desarrollarán. Es importante que aquellas personas que hayan tenido desgarros o hemorragias con la separación del vítreo en uno de sus ojos estén atentos a la aparición de los síntomas en el otro ojo, pues el riesgo de padecer de nuevo estos problemas es mayor.

* Luis Fernández-Vega Sánz es presidente de la Sociedad Española de Oftalmología.

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